Primero fue la bici, y luego la moto. Y claro, la moto primigenia no fue
más que una bici con motor. No es cosa de anteayer, ya que nos hemos de
remontar a un domingo de abril de 1818 para ver en acción a la vélocipédraisiavaporiana.
Bajo este nombre se esconde una bicicleta impulsada por una caldera de
vapor que se paseó por los Jardines de Luxemburgo de París y que es la
primera versión de moto de la que se tiene noticia. Estos datos básicos y
apenas un dibujo, pero ya es algo de rastro.
Los experimentos de este tipo, es decir, la incorporación de motores de
vapor a bicicletas y similares continuaron. En 1855 fue un tal Heinrich
Hildebrand el que se tomó la molestia de avanzar en la carrera
inventiva. En 1869 hubo otro intento, en este caso más acertado, a pesar
de que el resultado fue un aparato lento y poco fiable.
Y así llegamos a lo que podríamos denominar realmente la primera moto de
la historia. La diseñaron los hermanos Michaux, fabricantes de
bicicletas, junto con un ingeniero llamado Perreaux. Era una motocicleta
a vapor, de un cilindro y de tracción trasera mediante correa. Poco a
poco, un mecánico llamado Huret fue perfeccionando el trabajo y en 1879
ya había acabado un triciclo motorizado que a veinte kilómetros por hora
era capaz de andar unos sesenta kilómetros.
En el 79 de aquel siglo XIX un italiano, Murnigotti, cambió el motor de
vapor por uno de combustión y patentó el vehículo, con dos ruedas y un
motor de cuatro tiempos de un caballo de potencia. Lamentablemente,
nunca se fabricó y por lo tanto se quedó sin la medalla de precursor
real de la moto.
Y después de todo esto, oficialmente (más o menos) se asigna el título
de inventores de la moto a unos alemanes: Wilhelm Maybach y Gottlieb
Daimler. Era 1885 y aquel chisme, de madera, sí se fabricó. La foto del
inicio de la entrada es una reproducción de aquella moto de Maybach y
Daimler. No era muy rápida, ni bonita, ni fiable, pero era una moto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario